viernes, 29 de julio de 2011

...O morir en el intento.

Cerrar un circulo con alguien es la cosa más difícil. Representa el fin y el comienzo, dolor y liberación, determinación y duda. La muerte de parte de tu vida y la luz de la que viene. Renunciar al pasado y recibir al futuro.

Puedes mirar hacia otro lado, puedes evadirte por un rato, pensar otras cosas, enfrascarte en mil y una tarea, autoconvencerte que es lo que toca, pero en lo más adentro de ti, sabes que un punto y final no es el ocaso de tus sentimientos, esos que aun siguen vivos o por lo menos avivan un fuego ya abandonado hace tiempo. Reminiscencias de un amor marchito, que se resiste a abandonarte como el sudor del verano.

El tiempo lo cura todo o por lo menos ayuda a olvidar, ¿Qué hacer cuando no tienes esa paciencia? Simplemente acometer las incursiones de los recuerdos con la mayor de las resignaciones, e intentar no caer la espiral de la nostalgia, ya que ésta es la negación del presente, y eso no se puede tolerar en ninguna situación.

Cualquier tiempo pasado es mejor, tendemos a ensalzar los buenos recuerdos y a esconder los más sucios y escabrosos. Tener un equilibrio de los recuerdos es fundamental para no cometer ese error. No digo que sea fácil creo que es de las tareas más complicadas (personalmente suelo fracasar en ese cometido).


Hay heridas que no se curaran, que las arrastraras todo la vida y hay que saber convivir con ellas, porque no se irán nunca. De esa convivencia debe salir una simbiosis, que te debe hacer más fuerte.

1 comentario:

  1. no se trata de cerrar un círculo, sino de continuar adelante para dejarlo atrás...hay círculos que nunca se llegan a cerrar.

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