domingo, 19 de junio de 2011

El posmodernismo en el que habitamos se caracteriza, entre otras cosas, por la cultura de la inmediatez. Nuestra vorágine consumista es a la vez compulsiva y debe resolver con premura. Aquello que nuestros antepasados hacían dilatadamente, con tiempo y conocimiento, se caracteriza hoy por un "aquí te pillo aquí te mato"... Nos encontramos antes una elección: Elegir el amor o elegir el deseo. "El deseo necesita tiempo para germinar, crecer y madurar. A medida que el largo plazo se hace cada vez más corto, la velocidad con que madura el deseo, no obstante, se resiste con terquedad a la aceleración; el tiempo necesario para recoger los beneficios de la inversión realizada en el cultivo del deseo parece cada vez más largo, irritante e insoportablemente largo"

Descontrólate de Xavier Guix

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